Todo parece que la importancia de las redes sociales en la política actual crece cada vez más. Inesperadamente, el día de ayer el Gobierno de Bolivia declaró que sancionará a las personas que insulten al presidente Evo Morales a través de dicho medio. La guerra inició por una amenaza del vicepresidente Álvaro García Linea: «Estoy entrando al Internet y voy anotando con nombre y apellido los insultos que le hacen a nuestro presidente”. Además, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, admitió que existe una unidad de monitoreo de información de los diarios digitales y las redes sociales: «En Twitter y Facebook se distorsiona tremendamente la realidad; se escriben cosas discriminatorias y racistas. Nadie afectará el derecho de las personas de opinar, de expresarse, eso nunca lo vamos a tocar». Leer más